Ya estoy de vuelta en la rutina, viajar a Mendoza fue como un abrir y cerrar de ojos pero echándole un vistazo al pasado. Como era previsible, es bastante extraña la sensación de volver.
Sobre todo cuando uno ya se ha insertado en el ritmo de la ciudad, donde todo va rápido, donde nadie se conoce, donde los rumores se pierden en la masa amorfa de gente que camina, que corre, que no duerme.
Es gracioso como te cambian los parámetros de distancia, de cantidad, de tantas cosas! Ahora entiendo el vértigo que sentí cuando vine a principio de año a buscar departamento, en Mendoza es imposible perderte! Y además, es imposible que no se note. Todos hablan de todos, con todos. Y siempre de lo mismo parece... Eso me choca bastante.
Me gusta la quietud del lugar, tengo que reconocer que me da cierta paz, pero no sé si podría aguantarla mucho tiempo. Uno se va a un lugar más grande, lleno de micros (sí, MICROS), ruido, gente loca por todos lados y después se exaspera porque el auto de adelante no arranca cuando está el semáforo por cambiar. Insano, muy..
Y la gente, sigue bastante igual. Parece que las cosas se catalizan más lentamente allá, las actividades, los trabajos, los tiempos... todo va como en cámara lenta. Y recién afuera de eso es posible verlo.
Algo shockeante de volver a mi casa, es ver cómo las cosas se dan como esperaba que se dieran, es paradójico. Es como si una mini-esperanza interna esperaba en silencio que las cosas siguieran estáticas, que todo quedara igual, que nada se modificara por más de que yo me fuera. Puede ser que algo se desequilibró y se necesitaba un cambio, pero igual duele... Duele que las personas que querés no sean lo suficientemente adultas como para reconocer sus sentimientos, sus debilidades, duele que querer y poder sean tan inconsecuentes. Me lastima porque creo que lo único que me faltó fue gritarlo, y me lo negaron.. Y ahora, ahí lo tienen. Pero bueno, supongo que cada uno hace lo mejor que puede. Y lo mejor que puedo hacer yo ahora es aceptar los cambios, y seguir lejos... ja!
En fin, cada vez confirmo más que fue productivo por lo breve... Más tiempo y hubiese sido catastrófico para mi salud mental xD Aunque la próxima podría irme más días y viajar en micro... qué pánico el avión por dios!! Descubrí que volar me provoca los picos más altos de ansiedad, más que rendir o cualquier otra cosa. O sea, es factible que me vuelva a subir a un avión, pero mientras se pueda evitar... se evitará!
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